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  • Foto del escritorUrias Heteo

Avena Integral


Uno de los cereales menos conocidos y utilizados entre nosotros es la avena integral que, en cambio, sí forma parte de la dieta de los países nórdicos, donde siempre se han valorado sus propiedades nutritivas.

La avena integral destaca por su contenido en proteínas con un alto número de aminoácidos, lípidos o grasas vegetales, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y oligoelementos. De hecho, es el cereal más completo, en la medida que contiene la mayor cantidad de estos elementos y es, además, fácil de digerir. Es, pues, una importante fuente de energía que aumenta el rendimiento, tanto físico como intelectual, y equilibra el organismo.

Es un alimento de primera, pero a la vez es también un buen complemento terapéutico para muchas enfermedades. Tanto es así, que durante siglos la medicina tradicional la prescribía para el restablecimiento del sistema nervioso en todo tipo de desequilibrios: es un cereal nutritivo y tonificante, muy útil para combatir la depresión y la debilidad, relacionadas con el sistema nervioso.

Es eficaz, pues, para los trastornos psicológicos y emocionales como la ansiedad, el nerviosismo, el estrés o el decaimiento, pero también es un cereal beneficioso en un gran abanico de trastornos comunes; la ingestión habitual de avena, ya sea integral o no, ayuda a resolver problemas del aparato digestivo, como la acidez, las úlceras de estómago, la falta de apetito. El salvado de avena es muy rico en fibras insolubles, lo que hace que sea una buena solución para el estreñimiento, pero debe acompañarse con agua abundante.

Dado que es el más completo de todos los cereales, es muy recomendable durante el embarazo y la lactancia, así como para la dieta de los niños y de las personas mayores. La avena como ingrediente principal en la alimentación del convaleciente le ayudará a una recuperación rápida y duradera. Es, en definitiva, muy útil en aquellas etapas de la vida en que se requiere una aportación extraordinaria de energía y vitalidad.

Protege de la descalcificación de los huesos, de las caries y tiene un efecto equilibrante del metabolismo que regula el colesterol, la tensión arterial. Ralentiza la absorción de los hidratos de carbono, lo que hace que la glucemia suba más lentamente después de la comida, y que la insulina se libere más lentamente; esto la hace un alimento excelente para las personas diabéticas.

Todo aquel que quiera adelgazar, encontrará en la avena un alimento completo que, a la vez que aporta muchos elementos necesarios para una dieta sana, ayuda a deshacerse de los kilos sobrantes. Aunque parezca paradójico, también es útil para aquellos que quieran engordar y recuperar su peso normal.

La proliferación de productos con avena pone de manifiesto sus grandes propiedades dermatológicas; es un ingrediente que proporciona hidratación a la vez que limpia y protege.

La utilización de jabones y cremas de avena suaviza las irritaciones de la piel y forma una película protectora que evita la deshidratación. Es especialmente recomendable para los niños y para personas con la piel sensible: trastornos dermatológicos como las irritaciones cutáneas de los bebés, el acné de los adolescentes, la piel reseca de las personas mayores, manchas, estrías o irritaciones…

Asimismo, se puede aplicar en caso de quemaduras del sol, para proteger la piel del frío, en picaduras de insecto, y en pieles alérgicas.

Localmente, se puede aplicar una máscara de avena, ideal para descongestionar el cutis irritado, excesivamente seco o para pieles sensibles. Se elabora mezclando dos cucharadas soperas de harina de avena con la cantidad necesaria de tónico, agua de rosas, de tila o manzanilla para que quede una masa fina y consistente. Se aplica durante unos 15 minutos y se retira suavemente con agua tibia.

Los baños de agua de avena (que ya se hacían en la Grecia clásica y la antigua Roma para hidratar y reparar la piel) son útiles para cualquier irritación, picor o alergia, por la piel castigada por el exceso de sol o simplemente para suavizar, hidratar y tonificar la piel. La elaboración es muy sencilla: se ponen 100 gr de harina de avena molida en una bolsita de tela y se hierve en una cazuela con un litro de agua durante unos diez minutos. El líquido espeso y blanquecino es lo que se añade al agua del baño, junto con una infusión de manzanilla en caso de piel enrojecida o irritada. El agua que queda en hervir la avena en grano también se puede aprovechar y utilizar para el baño.

Además de sobre la piel, los baños de avena también actúan sobre el sistema nervioso, y tienen un efecto sedante que facilita mucho el sueño.


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